Cómo “un gesto de confianza y una construcción que obliga a los participantes a ir más allá del narcisismo” lo describió Badiou, agregando que “para que durara era necesario reinventarse”. Y es que para el filósofo en su defensa al amor “los vínculos contemporáneos son relaciones a riesgo 0 ” y yo no podría estar más de acuerdo.
En tiempos del “cólera” estadísticamente las separaciones en parejas estables, aumentaron considerablemente. ¿Razones? Diversas. Sin embargo, al parecer durante las crisis se agudiza la mirada y logramos ver realmente con quién estamos y quiénes somos. Ese acto instrospectivo, a veces dá paso a una reinvención.
Celebro la osadía de correr riesgos basados en aquello que te dicta el corazón.
Pero ¿Qué pasa cuando “la crisis” es una estructura social?”
El tema da para mucho así que ésta vez quisiera situarme en la Alemania que la mayoría de nosotras hemos elegido para vivir junto a nuestros compañeros. La mayoría de ellos Alemanes a su vez.
Cuando los latinoamericanos pensamos en Alemania, tenemos esa imagen de un país eficiente y dinámico. Lo cierto es que de alguna manera lo es y sin embargo a la hora de amar, parece que nos topáramos con el mayor de los desafíos. Y no estoy hablando del cultural, que ése da para otro post. Porque cuándo ya has aunado la diferencia cultural y la has transformado a vuestro favor y deciden dar el gran paso, nos encontramos con esa feroz burocracia Alemana, que nos recuerda que para amar “debes calificar”. Y esa calificación se constituye desde habilidades en el idioma Alemán, comprobación de la veracidad de la relación mediante la exposición de la intimidad, facturas de ingresos, documentos de tu país de origen tan absurdos como " validación de la soltería mediante dos testigos" y seamos honestos: nivel educativo y una capacidad de aguante que (casi) ninguna pensábamos que teníamos.
Y aquí hay dos caminos claros: desistir o resistir. Tal cómo en los tiempos del “cólera”
En ésta nota no hablaré de quienes en el camino evidenciaron banderas rojas y desistieron. Es más me alegro que hayan podido verlas a tiempo y tomar otro camino
. Aquí estoy haciendo una apología al amor en tiempos de crisis universales y específicamente de esa fría muralla burocrática.
Ese amor que, en medio de todo, floreció verde verde como diría García Lorca.
Y es que en medio de un mundo que se cae a pedazos, urge amar! ¿no crees?
Seguramente has tenido esa sensación de que ese amor también llegó con libertad. La de poder ser, amarse, viajar y crecer juntos mientras pensaban en armar su hogar una familia o concretar un proyecto que trascendiera en otros ámbitos.
¡Tantas! tantas! formas de continuar y reproducir este amor!
Y de pronto nos encontramos con esa estructura social limitante y abrumadora.
Enumerar cada una de las situaciones a las que nos hemos visto enfrentadas para poder casarnos es una lista extensa y la cantidad de documentación es agobiante. Muchas de nosotras hemos normalizado este tratamiento. ¡Debemos hablar de ello! ¡Y es que la discriminación gubernamental y el racismo, aunque solapado, existe y es necesario exponerlo!
Debo contarles algo de mi historia (que bien podría ser la tuya) con la intención de evidenciar este tema desde una vereda política y también personal. Porque como ya sabemos lo personal si es político** (y lo sigo creyendo).
Kate Millet** afirmó poéticamente que “El amor fue un arma de dominación para las mujeres, pero que, entre seres libres era otra cosa”. Se adelantó a su época refiriéndose a los derechos que tenían los hombres inclusive en el amor. Lo cierto es que la estructura que nos agobia no es otra que la de un patriarcado establecido en una estructura de dominación aceptada y reproducida sin parar en contra no sólo de las minorías de género sino que también étnicas. Y el feminismo blanco es una consecuencia de ésta estructura patriarcal (dá para otro post) Pero quisiera ser aún más clara. Siempre voy a agradecer profundamente a las feministas al exponer temas que hasta entonces eran incuestionables. Sin embargo, se les olvidó algo y es que sus afirmaciones no son para todas. Hoy día continuamos siendo las minorías las que nos vemos expuestas a ésta burocracia, porque no es cierto que somos también “seres libres” en ésta sociedad, como quienes nacieron acá. Las leyes son diferentes según tu lugar de nacimiento. Y antes de venir o dar este paso es bueno tenerlo presente.
Recuerdo por ejemplo que uno de los documentos que nos solicitaron eran conversaciones privadas y datadas para confirmar que nuestra relación realmente “existía”, tickets de avión para saber con que regularidad nos frecuentábamos y fotografías desde el inicio de los tiempos, para casarnos en Gibraltar. Ya que cómo sabrás obtener una cita para casarse en Alemania es una tarea titánica y la mayoría de nosotras tenemos visa por 3 meses de turista o de estudio (que en mi caso ya había vencido) entonces por regla general debemos volver a nuestros países y desde ahí esperar para una "reunificación familiar" mientras se comprueba el proceso que hiciste en los países Europeos dónde es "mas eficiente" casarse, para luego repetir parte de ese trámite en Alemania y hacer efectivo el matrimonio aquí..
La cosa es que mientras recortaba los mensajes de textos y WhatsApp para adjuntarlos como prueba que lo nuestro si era una relación, pensaba ¿entenderían nuestras bromas y las palabras de cariño que hemos inventado en su idioma y el mío? Y ahí mientras apretaba el botón enviar desde mi correo electrónico y se hacían públicos nuestros momentos de extrañarnos, de resistir, de amarnos con las palabras, lloré. Lloré porque lo que era de los dos sería leído por un ser humano que nunca nos conoció y no sabía si esa persona alguna vez amó. Lloré por las otras mujeres que antes que yo habían pasado por esto, por las niñas que vienen y se enamorarán de mujeres u hombres de otras etnias, por la discriminación que sí, existe, por la burocracia que no es otra cosa que un instrumento para clasificarnos. Y entonces me convertí en un número, una mujer que incluso para querer debía demostrar su valor. ¡Y no! Ningún ser humano debería ser cuestionado por amar a otro.
Desmontar las ideas de un país avanzado en algunas materias es fundamental para no crearte falsas expectativas. Aceptar que aún hay mucho por hacer en términos sociales y humanos puede darnos la oportunidad de mirarnos y despertar en nosotras una inquietud por aquello que trascienda al beneficio personal. Finalmente, eso es el amor ¿no? “una construcción que obliga a los participantes a ir más allá del narcisismo ” (*).
Si estás en medio de esta burocracia, o ya la viviste sabrás que todo tomará forma y eventualmente los papeles llegarán. Pero debes actuar, insistir y ser muy ejecutiva.
Nuestra comunidad es un gran refugio y guía en éstos casos. Paciencia.
Recordar nuestros objetivos, repasar los que se han cumplido, ponernos metas a corto plazo y ocuparte de ti en tanto salud integral, te mantendrán enfocada y fuerte para navegar ésta travesía, porque lo es. Mejor estar preparada.
El apoyo de tu pareja será fundamental y podemos de alguna forma darle la vuelta a éste proceso obligatorio y observar cómo se desenvuelven como equipo bajo stress. Es una ventaja en el sentido de que inmediatamente nos vemos forzadas a pasar por algo tan fuerte en pareja cuándo se supone que los primeros tiempos son de acoplarse amarse y soñar. No me mal entiendas, lo seguirán haciendo si la relación tiene una buena base.
Si bien Alemania posee un sistema arcaico que arrastra estructuras disímiles para los inmigrantes del tercer mundo, quiero ser justa para cerrar este artículo. Eventualmente es también un gran lugar para desarrollarnos toda vez que aprendimos el idioma y nos asentamos. Alemania es nuestra segunda patria, nuestro nuevo hogar que nos dió la familia que escogimos. En el caso de muchas, Alemania también nos dio a nuestro gran amor. Y cómo dijo el también dramaturgo Badiou, es necesario reinventarse y correr riesgos para que el Amor, sea entonces el Amor.
A mi esposo. Gracias por sostenerme, dulce y sin dudar.
Referencias:
** Kate Millet. Feminista, escritora
*Badiou. Filósofo, dramaturgo
Instagram: @nerea_deluco
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