Al fin te mudaste a Alemania, encontraste un lugar donde vivir-sea temporal o definitivo- y comienzas tu vida en el nuevo país. Avanzan los días y comienzas a darte cuenta de que comprar en el supermercado, pedir una cita con el médico y otras cosas que antes hacías “sin pensar”, han pasado a ser tareas más difíciles de lo que habrías imaginado. Tus interacciones sociales se han reducido. Quizá has tenido la suerte de poder seguir trabajando en tu profesión, pero también es posible que estés en proceso o ya te hayas cambiado de rubro y trabajes en algo nuevo, muy distinto a lo que solías hacer. Al salir a la calle ves y escuchas a la gente a tu alrededor, y te sientes distinta, ajena, que “no es tu lugar” o “no encajas”. ¿Te suena familiar?
Situaciones como estas pueden causar frustración, ansiedad, miedo y sensaciones de bloqueo. El no poder desenvolverte como antes, genera sensaciones de impotencia, desorientación e incluso puedes llegar a sentirte incapaz de hacer cosas que antes considerabas “fáciles”, lo que afecta directamente tu autoestima.
Al mudarte de país abandonas roles (hermana, hija, amiga, trabajadora, etc.), lugares y actividades que constituyen tu vida diaria y que te hacen “ser tú”. Por eso, al dejar todo esto atrás, también puedes sentir que ya no eres la misma, que ya no eres importante o incluso que eres “invisible”.
Aunque cada persona lo vive de manera diferente, que ocurra lo anterior es natural y esperable al mudarnos a otro país. Pero eso no significa que sea para siempre; al contrario, es posible vivir en el extranjero y sentirte bien contigo misma.
A continuación te comparto 6 tips para cuidar de tu autoestima, mientras te vas adaptando a las tierras germanas:
1. Acepta que no sabes… pero puedes aprender.
Adaptarte a un entorno, personas, funcionamiento, costumbres e idioma nuevos (entre tantas otras cosas) ya es bastante. Quítate la presión de tener que entender al 100% cómo funcionan y cómo se hacen las cosas en tu nuevo país. No tienes porqué saberlo y es prácticamente imposible ser experta en un país que recién conoces… pero puedes aprender.
2. Participa en grupos y/o actividades con personas de tu país o que compartan tu idioma.
Muchas personas que viven en el extranjero tienen el discurso: “no me quiero juntar con gente de mi país porque quiero aprender el idioma / insertarme en la cultura, etc”. Y si, para integrarte en una nueva cultura es muy importante interactuar con gente nativa del país que te acoge, pero las relaciones con quienes comparten tus raíces, lengua y parte de tu cultura (como es el caso de latino e hispanoamérica, por ejemplo) pueden hacerte sentir acompañada y brindarte un soporte emocional tremendamente valioso. Sobre todo cuando recién has llegado al nuevo país.
3. Pide consejos y/o ayuda.
De la mano con el punto anterior, al relacionarte con personas afines, descubrirás que muchas de ellas han pasado por situaciones similares a la tuya y te podrán aconsejar desde su experiencia. Esto no significa que tienes que seguir al pie de la letra lo que te digan los demás, pero el conocer diferentes experiencias te mostrará algunas opciones y podrás elegir la que más se ajuste a tu manera de ser y a lo que necesites en este momento.
4. Reconoce tus logros.
Pedir la cuenta en un restorán, conseguir un número de teléfono nuevo, abrir una cuenta de banco… cada pequeño logro significa que ahora sabes algo que antes no sabías, has aprendido algo nuevo y por lo tanto puedes seguir haciéndolo. Reconócelo y enorgullécete de ello (incluso puedes premiarte con algo que te guste mucho :) ).
5. Evita compararte.
Uf. Esto puede ser difícil, sobre todo con la presión de las redes sociales bombardeando imágenes de personas en diferentes partes del mundo derrochando felicidad. Tu proceso de adaptación es único. Que fulanita se haya sentido “como en casa” a los seis meses de estar en el nuevo país, no significa que tú debas sentir lo mismo.
6. Sé paciente.
Incorpora a tu rutina prácticas como meditación, yoga, alguna actividad física y/o artística que te conecte con el presente y donde el progreso sea gradual ¿Por qué? Porque el conectar con el presente te permitirá aprender a enfocar tu mente, mientras que el progreso gradual te ayudará a cultivar la paciencia. Ambas herramientas son muy poderosas para enfrentar los desafíos de adaptarte a tu nuevo país.
Por último, si sientes que has intentado todo y aún no logras sentirte mejor, recuerda que siempre puedes buscar ayuda profesional.
Y tú, cuéntame: ¿Cómo sientes que ha afectado tu autoestima vivir en otro país? ¿Qué te ha servido para cuidarte? Me encantaría leerte en los comentarios :)
Con cariño,
Valentina
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