¿Te pasa que para sentirte bien contigo misma o linda recurres a tu vestuario? Autocuidarse por medio del buen vestir tiene dos dimensiones. Por un lado influye en cómo me siento y por el otro tiene un gran impacto en cómo me perciben los demás. Ambas dimensiones son importantes aunque en el primer estadio, el sentirme bien con cómo me visto influirá de manera positiva o negativa en cómo me perciben, no sólo a nivel personal sino laboral. Tu manera de vestir comunica hacia adentro y hacia afuera.
La psicología del vestuario
Bien lo dice la periodista de moda danesa Marlene Sorensen en su libro Stilvoll: “Vestirse es un acto de amor propio. Si no lo fuera, la ropa sería una mera mercancía y no algo que emociona, empodera, atrae y seduce.” Los psicólogos dirían que es cierto que nos vestimos de acuerdo a nuestro estado de ánimo pero, de igual forma, lo que escojamos para vestir influirá en cómo nos sentimos.
Es posible recargar energía por medio de un atuendo, de cómo me veo en el espejo, aceptando nuestro cuerpo, siendo gentil consigo misma. Si te sientes bien vestida - quiere decir, bonita, cómoda con lo que te pones - sentirás una energía única, el día será perfecto, veremos todo de manera más positiva, y sentirás una fuerza única. Y no importa lo que hayas planeado en tu día, te sentirás empoderada, más eficiente y disfrutarás cada momento - Como diría Marlene Sorensen: ¡Vestirse como si tuvieras todo bajo control realmente ayuda a tener todo bajo control!
Quien se viste bien, se indica a sí mismo autovaloración y autoconvencimiento. Y estando solas y/o como mamás en el extranjero, esto es primordial para no volvernos locas o venirnos abajo. Además, automáticamente comunica simultáneamente hacia afuera cómo quieremos que nos perciban. La seguridad en sí misma que se siente con el buen vestir es sorprendente. Y aquí viene algo importante…
Me visto para mí
Cuando migramos, creemos que nos tenemos que adaptar en cada cosa a la nueva cultura. En el caso de Alemania, muchas hemos caído en la trampa de la libertad en muchos aspectos de la vida cotidiana, por ejemplo, la simplicidad en la presentación personal o, dicho de otra manera, la poca atención o importancia al vestir y o al cuidado personal. Como todo, estas libertades tienen ventajas y desventajas. No voy a negar que muchas veces salgo con la cara al natural, sobre todo desde que empezó la pandemia, porque es mucho más rápido e higiénico no maquillarse usando la mascarilla. Lo que sí nunca dejo de hacer es elegir muy bien lo que me pongo para sentirme vestida armoniosa pero también cómodamente.
En varios eventos de nuestra comunidad de Latinas en Alemania, se repite el comentario sobre el hecho de que una vez aquí, una se va dejando en lo que tiene que ver con la forma de vestir o presentarse. Sea por “presión social”, porque la latina arreglada les es too much a los locales, por falta de tiempo o porque la maternidad nos pega duro. La pandemia también ha hecho estragos en nuestra psique y nuestra energía. Y así, poco a poco, vamos perdiendo la motivación y el deseo de ponernos lindas, para nosotras mismas - algo que hace parte de nuestra cultura. ¡Pero justamente esa parte de nuestra cultura es importante conservarla porque es parte de nuestra esencia! Y puedo decir por experiencia personal que el buen vestir y la buena presentación personal sumado a la personalidad amable que nos representa, deja huella tanto a nivel personal como laboral. ¡Así que si es parte de tí el arreglarte, no dejes de hacerlo!
Cuando nos volvemos mamás el choque es más duro aún, ya que experimentamos muchos cambios físicos y emocionales. Y esto es algo que no solo nos pasa a las migrantes. Como mamás tenemos que acordarnos siempre de nosotras, desempolvar la mujer arreglada que nos gustaba ser antes de asumir nuestro nuevo rol. La idea es aprender a amar nuestro cuerpo en todo momento, destacar nuestras cualidades por medio de prendas adecuadas y funcionales para nuestro estilo de vida que nos permitan sentirnos dueñas de nosotras mismas, con más autoestima y seguridad. Luego del nacimiento de mi primer hijo, a pesar del cansancio y la soledad, buscaba siempre la manera de vestirme para sentirme bien y poco a poco volver a mi esencia. Así fui creando algo así como mi propio uniforme de mamá con una mezcla de prendas básicas, una que otra prenda protagonista o con colores llamativos, zapatos planos o deportivos de buen diseño y bolsos que me permitieran llevar todo los que mis hijos necesiten pero sin pinta de pañalera. Sobre esto, la escritora estadounidense Amy Fusselman dijo en un ensayo sobre el uniforme de mamá: “Tengo que arreglarme porque hay una belleza en el hecho de arreglarse”. Y no hay algo más enternecedor que tus hijos te digan de repente: ¡Mami, qué linda te ves!
Entonces, autocuidarnos en materia de imagen personal, se trata de sacar el tiempo necesario para poner en forma nuestro armario, aprender a amar nuestro cuerpo en todo momento y vestirnos de tal manera que nos sintamos muy seguras de nosotras mismas, bellas, empoderadas.
Si sientes que necesitas refrescar tu armario ya sea para ti de manera privada, para tu vida profesional o ahora que eres mamá, será un placer para mí asesorarte. Puedes contactarme a thestylecoachforyou@gmail.com o seguir mi perfil @thestylecoachforyou en Instagram.
Y recuerda: TODAS somos bellas, fuertes y talentosas y el cuidado de nuestra imagen personal nos empodera!
Un abrazo,
Angelica
The Style Coach
Asesora de Imagen
Personal Shopper
Decoradora
@thestylecoachforyou
Excelente. Muy bien resumido y escrito. Aunque la imagen personal parezca algo "frívolo" en primera instancia, has dado en un punto clave: es parte de nuestra esencia y como tal, es importante cuidarla. Felicidades por este artículo 👏
Me encanto esta forma de compartir lo importante que es pensar en nosotras a la hora de vestirnos. Dedicar tiempo a ello me ha ayudado a reflejarlo en otros aspectos de mi vida. Gracias!