Sobre como mi experiencia en Alemania me ha acercado a la memoria de mi abuelo.
Yo soy originaria de México, en dónde se encuentra gran parte de mi familia. En su juventud mi abuelito, como muchos Mexicanos, fue un "Bracero".
Mi papá frecuentemente nos platicaba a mi hermano y a mí las anécdotas de mi abuelito y su vida en Estados Unidos. Las dificultades que pasó, las carencias que sobrellevo, incluso rechazo o hasta crueldad de parte de los locales.
Mi abuelito, alguien super ocurrente, ingenioso y valiente, siempre encontraba la manera de hacer frente a las dificultades. Muchas veces nos platicaba a mi y a los primos sus ocurrencias, por ejemplo el como se las ingeniaba para hacer más calientitas sus chamarras, agregándoles injertos caseros de plástico. O también nos platicaba las propiedades que un buen abrigo debía tener para sobrevivir un invierno con nieve.
Aun resuenan en mi mente sus carcajadas cuando nos platicaba como en días fríos a veces se formaba una capa de hielo sobre las calles, lo que inevitablemente causaba que "hasta los más catrines", se vieran "como Bambi dando sus primeros pasos" al cruzar las frías calles. Mi abuelito siempre tan risueño, platicaba orgulloso como el frío, la gente grosera, y las diferencias culturales le hacían los mandados.
Yo siempre lo vi como un héroe, lo que no imaginaba de niña, es que mucho de su valentía y determinación que yo tanto admiro, lo encontraría en mi mismo carácter.
Mi abuelito falleció cuando yo apenas alcanzaba la edad adulta, y la verdad es que aún ahora lo extraño. Sin embargo, hace unos años, al encontrarme como migrante en Canadá no solo empecé a recordar con lujo de detalle sus anécdotas de sus tiempos en EUA, sino que también comencé a admirarlo aún más.
Él trabajó arduamente por años, hasta que logró su doble nacionalidad. Gracias a su esfuerzo, pudo pagar su terreno en México, y poco a poco construir la casa que albergaría a sus 7 hijos y esposa. Cada año, antes de Navidad, se subía a su carro, cargado con regalos para los suyos, y manejaba tres días consecutivos para poder visitar a su familia.
"Migrar es complicado" pensé en mis años en Canadá, sabiendo lo muy afortunada que era entonces, al tener a mi familia nuclear en el mismo país que yo. Mi abuelito migró, vivió y salió adelante solo... ¡eso si que es complicado! Pensé un día mientras agradecía la buena compañía de mi familia.
Adelantando la película 10 años más tarde, heme aquí del otro lado del Océano Atlántico, sin mis papás, mi hermano, mi familia extensiva y amigos. Y a pesar de que mi abuelito hace tiempo que ya no está en este plano, lo siento muy cerca. Incluso a veces me pregunto que haría él en alguna situación.
Él no lo sabía, pero entre esos chiquillos (sus nietos) a los que luego nos contaba sus anécdotas, nos encontrábamos cuatro que como él, terminaríamos migrando. Sus experiencias y personalidad, me inspiran a afrontar las dificultades de migrar con fortaleza, mucha creatividad, y la gran certeza de una familia que me quiere y me apoya desde México.
Migrar no es para todos, sin duda muchas veces la gente migra debido a condiciones extremas, por peligro en su país natal, o por el deseo de mejorar, por amor (propio o a la familia, o familias biculturales), o por la búsqueda de paz, de mejores condiciones laborales, sociales, de vivienda, etc... Pero aún así, en la misma ciudad o hasta en la misma familia, un grupo de personas puede enfrentarse a las misma dificultades y así como habrá quienes decidan migrar y lo hagan; también habrá quienes no encuentren la fuerza, la valentía o el desapego necesario para hacerlo .
Ahora tenemos la gran fortuna de tener internet, y con él, acceso a una infinidad de maneras de mantenerse en contacto. En cambio mi abuelita tenía que estar puntual junto al teléfono de la tiendita, dónde le dejaban recibir las llamadas de mi abuelito. Ni como avisarle de una emergencia, o de llamarle espontáneamente para decirle lo mucho que lo quería y lo extrañaba.... Ni que decir de la posibilidad para transferir dinero de forma electrónica, para gastos en general o para algo urgente. En esos días en que estar fuera de mi país me abruman, procuro recordarme detalles como estos, para no olvidar que aun con la distancia, y los sacrificios, soy muy afortunada.
Gracias Abuelito por las anécdotas compartidas
Gracias Abuelito por tus consejos prácticos. Aunque triste me dejó tu partida,
llevo conmigo tus momentos más emblemáticos.
Cuando me siento incomprendida
pienso en ti.
Tu siempre encontraste una salida, no sabías desistir.
Porque migrar es como morir y renacer
ahora tu, desde allá arriba, me ves crecer.
Gracias Abuelito por lo que de ti heredé,
valentía, determinación, y los valores que conmigo siempre llevaré.
¡Saludos abuelito hasta el cielo!
Un abrazo y palmada en la espalda a las y los migrantes.
-LuceBuona
Instagram: @Lvi_blog Blog: Lux vita et iocus